[Nowhere Station]

| Dialogs from the south of Spain |

martes, marzo 28, 2006

Puertas cerradas

Si camino ante tus puertas
no temas,
no vengo a buscarte.
Vengo a buscar el corazón que dejé acostado en torturas innombrables.
Noche tras noche ha sufrido y ha acudido a mi cama a susurrarme al oído,
que le rescate, que le deje libre,
que separe tus dedos de la jaula que lo aprisiona desde hace demasiado tiempo.
No fue difícil conseguirlo; ver tus ojos y no caer en su letargo no fue fácil.
Fácil es soñar en tus labios, comer de tu sonrisa, nefasta, letal.
Llevo demasiadas noches caminando del revés intentado deshacer tu trama de araña sabia.
Ahora, no miro con mi arquitectura visual, sólo veo gozo y placer en conseguir beber de tu fuente.
Locura, sí, delirio sexual con matices de amor, que el amor matiza con paraísos carnales.
Esta trama no se desteje en un momento, y menos en noches de lluvia.
Por eso, no hagas caso de lamentos inútiles que provengan de tus calabozos;
mi lamento ya lo conoces, y al menos quiero que no lo vuelvas a oír, por orgullo.
Liberado queda, al menos de momento, mi corazón, pero el veneno queda dentro,
goteando, fusionado con la cera de mi vela nocturna.
Rezuma dolor de alma atormentada, sin más destino que su propio purgatorio.
Cierra tus puertas. Escucha. Suspira. Calla. Duerme.